miércoles, 19 de enero de 2011

¿Por qué chequeamos tanto el email?

Puede convertirse en una trampa el chequeo constante del Email

La trampa del chequeo constante del email depende de muchos factores pero pueden citarse las siguientes razones (a algunas o todas ellas a la vez) que cita Berto Pena en su blog:

Porque creemos que el mejor profesional y el más capacitado directivo es el que responde antes y más rápido a cualquier mensaje que le envían.

Porque creemos que nuestro trabajo tendrá más calidad y ofrecerá más resultados si estamos permanentemente conectados y disponibles para cualquiera que nos envíe algo.

Porque creemos que cayendo la frenética actividad del Email estamos siendo más productivos. Que abriendo, moviendo, haciendo clics y tecleando mensajes cumplimos con nuestro trabajo.

Porque creemos que nuestro trabajo diario, nuestros objetivos y el resultado de nuestro esfuerzo dependen del próximo mensaje que alguien está a punto de enviarnos.

Porque creemos que abrir y responder rápidamente proyecta al exterior (a mi jefe, mis compañeros, clientes…) una mejor imagen de nosotros. Cuanto más rápido respondas a tu Email mejor opinión tendrán de ti.

¿Qué consecuencias tiene?

Muchas. Muy serias y muy graves, si es que (claro) te tomas en serio la gestión de tu tiempo, el rendimiento en tu trabajo, los resultados de tu esfuerzo y hasta tu tiempo de ocio y descanso personal. Si no, no tiene ninguna consecuencia negativa; es muy divertido, adictivo y te ayuda a mejorar tu técnica mecanográfica.

Habría que hacer una serie de artículos para recoger todas las negativas consecuencias pero sólo voy a apuntar una, la más importante:

Interrupciones.

Abrir cada dos por tres tu Email, dejar lo que estabas haciendo y ponerte a escribir emails, supone una gravísima interrupción para tu trabajo. Y se repite una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez…

El problema de las interrupciones es que restan intensidad y calidad a tu trabajo y te roban mucho tiempo. Volver sobre una tarea que dejaste a medias y retomarla implica cometer errores y gastar un tiempo extra que necesitas para otra cosa.

Cuando una interrupción es puntual y no está en nuestra mano evitarla, no hay tampoco que caer en la alarma. Cuando es repetida y constante (el chequeo del Email lo es), y además es deliberada y provocada por nosotros mismos (el chequeo del Email lo es), deberíamos tomárnosla en serio.

Este post es un fragmento. Lee el artículo completo en ThinkWasabi

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