Tan pronto como estallaron las primeras manifestaciones callejeras en El Cairo y otras ciudades egipcias, grabaciones de audio, fotografías y videos filmados con teléfonos celulares empezaron de inmediato a inundar la web. Y en pocas horas el mundo entero pudo ser testigo de lo que estaba pasando.
La inmediatez con que los canales de comunicación virtuales fueron usados para difundir información, concertar acciones y coordinar protestas han puesto definitivamente de manifiesto el carácter protagónico que pueden desempeñar en la movilización popular medios como la telefonía móvil y las redes sociales de Internet.
El primer indicio efectivo que tuvimos de la relevancia de Twitter, Facebook y otros portales para promover acciones políticas contra la represión gubernamental fue durante las protestas ocurridas en Teherán tras las elecciones iraníes del 2009, denunciadas como fraudulentas.
De entonces acá no han transcurrido siquiera dos años, sin embargo Facebook, Twitter, la telefonía móvil, los correos electrónicos, los blogs y otras herramientas de la Web 2.0 se han convertido ya en recursos de primer orden para los movimientos que luchan contra los sistemas autoritarios.
Ese poder ha sido corroborado en parte por los datos de un informe preparado por el Centro Internacional de Asistencia a los Medios de Comunicación que revela que en los países árabes las redes sociales han superado a los diarios en cantidad de usuarios o lectores.
De acuerdo con el estudio, Facebook por sí sola ya cuenta con 17 millones de usuarios en esas naciones, en las que como contraste sólo circulan diariamente unos 14 millones de ejemplares de periódicos. Específicamente en el caso de Egipto, el informe señala que el 50 por ciento de la población emplea Internet para informarse, mientras que sólo el 34 por ciento lee la prensa escrita.
De hecho, la versatilidad y rapidez en la difusión que ofrecen los medios satelitales, unidos a Internet y sus redes sociales, están haciendo que la población pueda saltar los muros de censura y de control informativo impuestos hasta ahora con casi absoluta impunidad por los gobiernos dictatoriales.
Así ha sido últimamente en aquellos países donde las autoridades destinan enormes recursos a poner riendas al ciberespacio, como China, Venezuela y especialmente Cuba, donde a pesar del celoso control policíaco sobre todos los ciudadanos y los muy reducidos espacios en Internet accesibles a la población, un grupo de ingeniosos y valerosos blogueros encabezados por Yoani Sánchez han logrado arrebatarle al gobierno el monopolio de la información.
Aunque el papel de estos nuevos medios de comunicación aún está en evolución, la más beneficiada a simple vista y en su conjunto es la gente; las más preocupadas son las dictaduras.
ROBERTO CASIN
Añadido | Jacobo Solano: El poder de las redes sociales
En lo que son más poderosas las redes sociales, es en la afrenta a los regímenes totalitarios, se han convertido en una herramienta esencial para convocar voluntades en torno a un determinado propósito.Fuente
Las protestas en Egipto son la gran prueba de que estos sistemas cohesionan e intercomunican a las personas, originando una manifestación silenciosa que aumenta constantemente, una bola de nieve, imperceptible para las autoridades y cuando reaccionan e intentan contenerla, es demasiado tarde.Es por eso que, Hugo Chávez, Hu Jintao, en China, y Mahmud Ahmadinejad, en Irán, tratan de censurarlas e intentan ponerles freno, porque saben lo que representan. A quien no le preocupan para nada es a Fidel Castro, que tiene al pueblo cubano tan atrasado, que la mayoría de isleños ni siquiera conoce un PC antiguo.
Cuando en 1997 se creó la primera red social, pocos se imaginaron que estos sitios de internet llegarían más allá de interconectar a las personas. Facebook, Twitter, YouTube y los mensajes por teléfono celular (SMS) son clave en las protestas de países árabes, cansados de los gobiernos autoritarios.
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