En 1991, una auténtica guerra cultural estalló cuando la Comunidad Económica Europea (CEE) impulsó de forma imprudente el proyecto de algunos fabricantes de ordenadores, que pretendían comercializar teclados sin Ñ.
Hasta ese momento, existía una reglamentación que impedía comercializar en España productos informáticos que no tuvieran en cuenta "todas las características del sistema gráfico del español".
La UE estimó que esa disposición equivalía a una medida proteccionista que violaba el principio de libre circulación de mercancías.
Como era previsible, la primera en reaccionar fue la Real Academia Española (RAE). La desaparición de la Ñ de los teclados, proclamó en un informe divulgado en 1991, representaría "un atentado grave contra la lengua oficial".
El colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura 1982 (feliz cumpleaños hoy, Gabo), afirmó:
Mientras que la poetisa argentina María Elena Walsh, quien en el diario La Nación de Buenos Aires señaló:
En todo caso, para consolidar la protección de la letra, el gobierno español respondió en 1993 con una ley que salvaba a la Ñ, acogiéndose al Tratado de Maastricht, siendo ya la Unión Europea (UE), que admite excepciones de carácter cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario