Relato estremecedor escrito por Leonardo Padrón en "Días de Furia", en un grupo de tres crónicas publicadas en El Nacional:
"Ya es de noche. El supermercado Plan Suárez está a punto de cerrar. Son pocas las personas que deambulan en busca de lo que casi nunca hay. Dos jóvenes, de turbia estampa, ven a una mujer de 45 años de edad que lleva el botín dorado en su carro de supermercado: leche. Le preguntan dónde la consiguió. Ella hace un mohín con la quijada señalando un lugar y subrayando que eran los dos últimos potes. Tres anaqueles más allá, un empleado pone en segundo plano los tomates magullados y escucha algo parecido a un forcejeo y un grito ahogado. Al fondo, los jóvenes corren con el trofeo con tanto ímpetu que al vigilante apenas le da tiempo de gritarles un quieto. Al lado de las chucherías y galletas, sentada sobre su propia sangre, la señora intenta con perplejidad detener la hemorragia. Una puñalada por dos potes de leche. Eso le toca contarle a sus hijos. Si alcanza. Si se orilla a la vida."
Lo peor -añado- es que uno cuenta este suceso, y el interlocutor asiente, pasa la página y dice: "Eso no es nada, en Las Mercedes ocurrió algo peor ..."
La gente está demasiado acostumbrada.
Lean a Padrón.
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