Jorge Pineda: Vendedor de DVD
(Este trabajo fue escrito por Carlos “Caque” Armas @Caquetorta y publicado en la edición aniversaria de la excelente revista venezolana Sala de Espera)
El pana se llama Jorge Pineda y pueden encontrarlo todos los fines de semana en los alrededores de la Plaza de los Museos en Bellas Artes. Es trabajador Social egresado de la UCV y nunca imaginó que terminaría viviendo de sus dos grandes pasiones: el cine y la música.
Comenzó su negocio en 2003. La idea le vino una vez que estaba caminando por la zona y vio a un tipo vendiendo en el suelo copias desordenadas de discos de rock de 1960. De inmediato se dio cuenta que, como buen melómano, tenía mejor material que él. Más organizado, se instaló con un pañito con el logo de los Beatles y comenzó a vender sólo música del cuarteto de Liverpool. Lo cómico es que le preguntaban más por el pañito que por los discos.
Su labia musical le demostraba a los clientes que sabía de lo que hablaba y poco a poco, comenzó a vender toda la música que a él le gusta, nada de amoldarse a los gustos del público o de la payola, cero complacencias dañinas, lo de él es puro lomito. Le fue tan bien, que pronto comenzó a vender películas clásicas y cintas que no eran tan comunes de conseguir. Cinéfilo entregado, el hombre sabe qué ofrecer. En su puestito tiene una suerte de cartelera con los títulos que, a su juicio, son los que más llamaran la atención de los clientes.
“Yo le llamo La Telaraña. Porque los clientes se quedan pegados ahí como moscas”.
Y es absolutamente cierto. Apenas termina de decir esto, volteo a ver ¨la telaraña¨ y allí está haciéndome ojitos una resplandeciente copia de Kynodontas, la aclamada cinta griega que obtuvo una nominación como mejor película extranjera en la última entrega de los Oscars.
“Aquí no vas a conseguir nada que esté en cartelera. En eso somos respetuosos. Ni La Hora Cero, ni la última de Harry Potter, ni venezolanas, ni gringas que estén en los cines. Nada de eso. Aquí sólo vendemos películas para el que busca más allá de eso”.
- ¿Tienes Blue ray?
- No, eso aquí no funciona. Yo traté de hacerlo y me armé un catálogo como de 50 películas, pero no se venden. Imagino que es porque el que ve blue ray quiere ver algo especial a nivel de imagen. ¿Quién quiere ver Ciudadano Kane en blue ray? Eso es para ver Avatar, La Guerra de las Galaxias. Aquí no vendemos efectos ni imagen, aquí vendemos contenido.
- Imagino que tienes clientes fijos.
- Aquí vienen a comprarme cinéfilos de verdad, que saben que yo les consigo cosas que no van a encontrar en ninguna otra parte. Vienen alumnos que estudian Cine en la Unearte y que necesitan investigar sobre algún género, autor o época. Vienen profesores o gente que va a hacer charlas y foros. Hasta ministros y embajadores han venido a comprarme películas. La otra vez vino uno, no te voy a decir de qué país, que encontró películas que no consigue allá de donde es él, el tipo es cinéfilo y se volvió loco comprándome.
- ¿Cuánto ganas en un fin de semana normal?
- Eso no se dice. Pero es suficiente para vivir. De eso vivo y vendo sólo los fines de semana. Rara vez hago pedidos o van a buscar películas a mi casa, sólo en casos especiales en los que me llama algún tipo desesperado porque necesita la película para el día siguiente.
- Tienes la mejor colección de cine venezolano que he conseguido en Caracas. ¿Ha venido alguien a reclamarte por vender su película?
- Ja, ja, ja… No vale. Al contrario, aquí vienen actores y directores a buscar copias de sus mismas películas. Incluso canales de televisión vienen a comprarme películas para transmitirlas ellos después. Por si fuera poco, algunos cineastas me han traído sus películas para que yo las venda. Por ahí tengo copias de los cortometrajes Colmillo de Albi de Abreu y Cédula Ciudadano de Diego Velasco. ¿Dónde más vas a conseguir eso?
- Tienes copias de Simplicio, Adios Miami, Domingo de Resurrección, El Cabito, cintas muy difíciles de conseguir por los canales regulares que aquí son casi inexistentes. ¿De dónde las sacas?
-Yo viajo mucho y en mis paseos, además de turismo, trabajo investigando, buscando siempre películas de cada país que visito. También frecuentaba los clubes de video, cuando aún existían, buscando títulos venezolanos y los iba pasando a DVD con un amigo, pensando en el cambio de formato que venía.
- ¿Qué hay de la parte legal?
-Nosotros no somos de esas mafias gigantes que sacan miles de copias de una película, esto es más artesanal. Yo hago sólo una copia de cada película y la pongo a la venta. Si se vende, la repongo. Pero sólo se vende una o dos por título. Aquí nadie puede decirme que se le hace un daño al cine nacional, cuando no hay cómo conseguir más de 70% de las películas que se ha hecho en Venezuela. Y es verdad, ponte tú el ejemplo de una película medio mala y ochentosa como Generación Halley, restaurarla, hacer la transferencia óptima y distribución al mercado costaría una fortuna, ¿Para que la compre quién? Aquí al menos se consigue y la gente interesada puede verla.
- Dices que sólo vendes cosas para gustos exigentes. ¿Qué me recomiendas?
- Polansky y Kubrick son mis favoritos. Esos son los maestros. Yo no vendo nada que no me guste. Hay gente que viene a decirme, voy a llevarme 10 películas, elígemelas tú. Si la película es mala, la saco inmediatamente. Aquí vendo calidad.
Fuente original
Vean la edición impresa de Sala de Espera
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(Este trabajo fue escrito por Carlos “Caque” Armas @Caquetorta y publicado en la edición aniversaria de la excelente revista venezolana Sala de Espera)
El pana se llama Jorge Pineda y pueden encontrarlo todos los fines de semana en los alrededores de la Plaza de los Museos en Bellas Artes. Es trabajador Social egresado de la UCV y nunca imaginó que terminaría viviendo de sus dos grandes pasiones: el cine y la música.
Comenzó su negocio en 2003. La idea le vino una vez que estaba caminando por la zona y vio a un tipo vendiendo en el suelo copias desordenadas de discos de rock de 1960. De inmediato se dio cuenta que, como buen melómano, tenía mejor material que él. Más organizado, se instaló con un pañito con el logo de los Beatles y comenzó a vender sólo música del cuarteto de Liverpool. Lo cómico es que le preguntaban más por el pañito que por los discos.
Su labia musical le demostraba a los clientes que sabía de lo que hablaba y poco a poco, comenzó a vender toda la música que a él le gusta, nada de amoldarse a los gustos del público o de la payola, cero complacencias dañinas, lo de él es puro lomito. Le fue tan bien, que pronto comenzó a vender películas clásicas y cintas que no eran tan comunes de conseguir. Cinéfilo entregado, el hombre sabe qué ofrecer. En su puestito tiene una suerte de cartelera con los títulos que, a su juicio, son los que más llamaran la atención de los clientes.
“Yo le llamo La Telaraña. Porque los clientes se quedan pegados ahí como moscas”.
Y es absolutamente cierto. Apenas termina de decir esto, volteo a ver ¨la telaraña¨ y allí está haciéndome ojitos una resplandeciente copia de Kynodontas, la aclamada cinta griega que obtuvo una nominación como mejor película extranjera en la última entrega de los Oscars.
“Aquí no vas a conseguir nada que esté en cartelera. En eso somos respetuosos. Ni La Hora Cero, ni la última de Harry Potter, ni venezolanas, ni gringas que estén en los cines. Nada de eso. Aquí sólo vendemos películas para el que busca más allá de eso”.
- ¿Tienes Blue ray?
- No, eso aquí no funciona. Yo traté de hacerlo y me armé un catálogo como de 50 películas, pero no se venden. Imagino que es porque el que ve blue ray quiere ver algo especial a nivel de imagen. ¿Quién quiere ver Ciudadano Kane en blue ray? Eso es para ver Avatar, La Guerra de las Galaxias. Aquí no vendemos efectos ni imagen, aquí vendemos contenido.
- Imagino que tienes clientes fijos.
- Aquí vienen a comprarme cinéfilos de verdad, que saben que yo les consigo cosas que no van a encontrar en ninguna otra parte. Vienen alumnos que estudian Cine en la Unearte y que necesitan investigar sobre algún género, autor o época. Vienen profesores o gente que va a hacer charlas y foros. Hasta ministros y embajadores han venido a comprarme películas. La otra vez vino uno, no te voy a decir de qué país, que encontró películas que no consigue allá de donde es él, el tipo es cinéfilo y se volvió loco comprándome.
- ¿Cuánto ganas en un fin de semana normal?
- Eso no se dice. Pero es suficiente para vivir. De eso vivo y vendo sólo los fines de semana. Rara vez hago pedidos o van a buscar películas a mi casa, sólo en casos especiales en los que me llama algún tipo desesperado porque necesita la película para el día siguiente.
- Tienes la mejor colección de cine venezolano que he conseguido en Caracas. ¿Ha venido alguien a reclamarte por vender su película?
- Ja, ja, ja… No vale. Al contrario, aquí vienen actores y directores a buscar copias de sus mismas películas. Incluso canales de televisión vienen a comprarme películas para transmitirlas ellos después. Por si fuera poco, algunos cineastas me han traído sus películas para que yo las venda. Por ahí tengo copias de los cortometrajes Colmillo de Albi de Abreu y Cédula Ciudadano de Diego Velasco. ¿Dónde más vas a conseguir eso?
- Tienes copias de Simplicio, Adios Miami, Domingo de Resurrección, El Cabito, cintas muy difíciles de conseguir por los canales regulares que aquí son casi inexistentes. ¿De dónde las sacas?
-Yo viajo mucho y en mis paseos, además de turismo, trabajo investigando, buscando siempre películas de cada país que visito. También frecuentaba los clubes de video, cuando aún existían, buscando títulos venezolanos y los iba pasando a DVD con un amigo, pensando en el cambio de formato que venía.
- ¿Qué hay de la parte legal?
-Nosotros no somos de esas mafias gigantes que sacan miles de copias de una película, esto es más artesanal. Yo hago sólo una copia de cada película y la pongo a la venta. Si se vende, la repongo. Pero sólo se vende una o dos por título. Aquí nadie puede decirme que se le hace un daño al cine nacional, cuando no hay cómo conseguir más de 70% de las películas que se ha hecho en Venezuela. Y es verdad, ponte tú el ejemplo de una película medio mala y ochentosa como Generación Halley, restaurarla, hacer la transferencia óptima y distribución al mercado costaría una fortuna, ¿Para que la compre quién? Aquí al menos se consigue y la gente interesada puede verla.
- Dices que sólo vendes cosas para gustos exigentes. ¿Qué me recomiendas?
- Polansky y Kubrick son mis favoritos. Esos son los maestros. Yo no vendo nada que no me guste. Hay gente que viene a decirme, voy a llevarme 10 películas, elígemelas tú. Si la película es mala, la saco inmediatamente. Aquí vendo calidad.
Fuente original
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