El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se afeitó la barba y la cabeza anticipándose a la caída del cabello que sufrirá como consecuencia de la quimioterapia, que inició el pasado 31 de octubre, contra un cáncer de laringe, informó hoy el instituto que lleva su nombre.
EFE.- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se afeitó la barba y la cabeza anticipándose a la caída del cabello que sufrirá como consecuencia de la quimioterapia, que inició el pasado 31 de octubre, contra un cáncer de laringe, informó hoy el instituto que lleva su nombre.
La tarea de rapar al exmandatario la llevó a cabo su esposa Marisa Leticia, según el Instituto Lula, que divulgó en su página una fotografía de un Lula calvo y sin barba pero con bigote y sonriente, abrazado por la ex primera dama, que luce un suéter de una campaña contra el cáncer de mama.
En otra fotografía, Marisa Leticia pasa la máquina de afeitar por el rostro del exgobernante.
Lula, de 66 años, recibió el pasado 29 de octubre un diagnóstico de cáncer en la laringe y dos días después empezó el tratamiento con quimioterapia en el Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, donde le fue descubierta la enfermedad.
El expresidente permaneció sólo unas horas en el hospital y luego se recluyó en su apartamento en Sao Bernardo do Campo, ciudad vecina de Sao Paulo, donde ha continuado con el tratamiento.
En su residencia, Lula ha recibido desde entonces la visita de varios políticos brasileños, entre ellos la presidenta Dilma Rousseff, su sucesora.
Rousseff, que también se trató de un cáncer linfático cuando todavía era ministra de Lula, en el año 2009, lo visitó el pasado 10 de noviembre y afirmó luego que el exmandatario “está muy bien”.
Rousseff estuvo acompañada en esa ocasión por el ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha.
En su casa, Lula toma la medicación prescrita por los médicos a través de un catéter, y ha recibido también innumerables muestras de apoyo de dignatarios extranjeros, políticos brasileños y ciudadanos anónimos.
El equipo médico descartó realizar una cirugía por el estadio intermedio del tumor y consideró que la probabilidad de cura es alta, dado que el cáncer está localizado y no se ha registrado metástasis.
La tarea de rapar al exmandatario la llevó a cabo su esposa Marisa Leticia, según el Instituto Lula, que divulgó en su página una fotografía de un Lula calvo y sin barba pero con bigote y sonriente, abrazado por la ex primera dama, que luce un suéter de una campaña contra el cáncer de mama.
En otra fotografía, Marisa Leticia pasa la máquina de afeitar por el rostro del exgobernante.
Lula, de 66 años, recibió el pasado 29 de octubre un diagnóstico de cáncer en la laringe y dos días después empezó el tratamiento con quimioterapia en el Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, donde le fue descubierta la enfermedad.
El expresidente permaneció sólo unas horas en el hospital y luego se recluyó en su apartamento en Sao Bernardo do Campo, ciudad vecina de Sao Paulo, donde ha continuado con el tratamiento.
En su residencia, Lula ha recibido desde entonces la visita de varios políticos brasileños, entre ellos la presidenta Dilma Rousseff, su sucesora.
Rousseff, que también se trató de un cáncer linfático cuando todavía era ministra de Lula, en el año 2009, lo visitó el pasado 10 de noviembre y afirmó luego que el exmandatario “está muy bien”.
Rousseff estuvo acompañada en esa ocasión por el ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha.
En su casa, Lula toma la medicación prescrita por los médicos a través de un catéter, y ha recibido también innumerables muestras de apoyo de dignatarios extranjeros, políticos brasileños y ciudadanos anónimos.
El equipo médico descartó realizar una cirugía por el estadio intermedio del tumor y consideró que la probabilidad de cura es alta, dado que el cáncer está localizado y no se ha registrado metástasis.
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