Recordamos a nuestros oyentes que la teoría de la revista británica es simple. Si una cadena de comida rápida es capaz de servir la misma hamburguesa Big Mac en todas partes del mundo, lo lógico sería que costara lo mismo. Pero no. Gracias a la guerra de monedas, los consumidores que la compran en otros países pueden pagar mucho más o menos por ella. Mientras en Estados Unidos una hamburguesa sencilla se vende en 4,07 dólares, al otro lado del planeta, en China se compra con el equivalente en yuanes de 2,27 dólares. Es decir a un estadounidense le conviene comer en Mc Donalds en Beijing. En Colombia no ocurre lo mismo, ya que allí cuesta 8.400 pesos, que son equivalentes a 4,74 dólares. Eso quiere decir que la paridad implícita de comprarse una hamburguesa en Colombia es de 2.066 pesos, cuando el tipo de cambio oficial está en 1777 pesos. El dólar Big Mac está por encima, porque el peso colombiano está 17% sobrevaluado, según el último informe que publicó The Economist sobre el Big Mac Index.
La revista británica no investiga e incluye en su reporte el caso venezolano. Así que Con Real y Medio se dio a la tarea de hacer el cálculo, pero no sólo con la hamburguesa, sino también con la arepa. Así es, a nosotros nos ocupa en primer lugar nuestro Arepanómetro. En realidad este índice no se esfuerza tanto en medir lo débil o fuerte de nuestra moneda venezolana. Es sí una referencia fiable para mostrar las distorsiones de nuestro actual sistema cambiario y los efectos de la inflación.
¿Cómo funciona? Pues al igual que el índice Big Mac es indispensable averiguar cuánto cuesta probar una venezolanísima arepa rellena con la misma combinación de aguacate, pollo, mayonesa que se consume en nuestro país, pero en Estados Unidos. Y para desgracia de los inventores del Big Mac Index, hay venezolanos emprendedores que se han dado a la faena de exportar la receta a Nueva York y San Francisco, entre otras ciudades.
Hace un año le comentamos que en pleno East Village de Manhattan venden una Reina Pepiada por 6,75 dólares. Acto seguido hicimos el cálculo. Con el cupo de Cadivi aprobado para viajar una semana (2.000 dólares a 4,3 bolívares cada uno), usted podía tener su "lunch" al degustar una de esas arepas con cargo de 29 bolívares fuertes a la tarjeta de crédito (¿sí pasó? ¡eureka!). En esa oportunidad, la arepa se vendía en Nueva York por un bolívar fuerte menos que en Caracas. Nuestro descubrimiento resultó entonces revelador. Con ingredientes en su mayoría importados, los venezolanos en Manhattan podían producir y vender arepas más baratas.
Con Real y Medio decidió repetir el ejercicio este año, después de toparse en la lejana ciudad de San Francisco con otro restaurante que ofrece arepas venezolanas. Se llama Pica Pica y lleva 2 años abierto en la bohemia calle de Valencia Street, debido a la extraña adicción de los californianos por las arepas. Allí venden la Reina Pepiada, Pelúa o Catira en una versión gourmet y enseñan a los consumidores a llamarla por su nombre con este particular esquema fonético: "Ah- rey- pa", dice el cartel del restaurante.
Hay que advertir que se trata de una arepa del tamaño de un plato de postre, más grande que la que consumimos en Venezuela. Además vienen con un guiso mucho más elaborado, pero que claramente sigue las pautas de la receta venezolana, así que podemos hacer el cálculo.
Cada arepa rellena cuesta 7,99 dólares, cualquiera que sea la combinación que elija. En vista de que todavía es posible cancelar con la tarjeta de crédito autorizada por Cadivi a 4,3 bolívares por dólar, el monto a cancelar al tipo de cambio oficial fue de 34,3 bolívares fuertes.
La arepa mixta en las areperas del este de Caracas cuestan entre 35 y 40 bolívares, lo que quiere decir que esta repetición de nuestra "tostada" local, pero en versión gourmet, cuesta de nuevo menos que en Caracas, a pesar de que se elabora a cientos de kilómetros de distancia y con componentes importados en San Francisco.
Si un estadounidense decidiese venir a Venezuela y comer una arepa, al cancelar los 40 bolívares con su tarjeta de crédito, la comida le costaría 9,3 dólares al tipo de cambio oficial, es decir, al menos un dólar más que en la costa oeste de Estados Unidos. Tal cual como hace el equipo del índice Big Mac, nosotros comprobamos que la paridad implícita de comprarse una arepa en Caracas es de 5 bolívares por dólar, si hacemos la relación con la arepa de San Francisco.
Podemos hacer el ejercicio también con la hamburguesa Big Mac. En los Mc Donalds de Caracas, la hamburguesa cuesta 32 bolívares, es decir, 7,44 dólares al tipo de cambio oficial. Eso quiere decir que el dólar Big Mac está en 7,8 bolívares por dólar, porque la moneda está 81% sobrevaluada con respecto al dólar.
De nuevo en Con Real y Medio nos preguntamos cómo es posible en el caso de la arepa que no exista una diferencia más amplia entre ambos precios que favorezca la hecha en Venezuela. ¿Será que en Estados Unidos hay más ofertas en el supermercado para comprar los ingredientes foráneos con los que se elabora este manjar venezolano? ¿Los empresarios fuera del país ganan menos dinero? O quizás en realidad es que allá no enfrentan costos tan altos para hacer arepas y hamburguesas, porque la inflación anual jamás supera la barrera del 20% anual y las palabras desabastecimiento o escasez están fuera de la rutina.
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