viernes, 17 de junio de 2011

La maldición gitana de Hugo Chávez


Por Ricardo Camacho

El principal rasgo de Chávez es copiar a su mentor Fidel Castro.

Al igual que el cubano mantiene su enfermedad como secreto de Estado.

No corren buenos tiempos para Hugo Chávez. Primero fue una operación de rodilla en Caracas. A los pocos días, el gobernante venezolano se sintió indispuesto durante su visita a Cuba, y desde el viernes pasado está postrado en una cama tras una intervención de emergencia por un supuesto absceso pélvico.

Chávez, cuyo principal rasgo es copiar a su mentor, un también convaleciente Fidel Castro, sigue su ejemplo a la hora de mantener como secreto de Estado su misteriosa enfermedad. Sin embargo, la falta de transparencia no ha hecho mas que disparar las especulaciones acerca de la afección que lo retiene en la Habana. Se ha hablado de pus en la pelvis (que es la consecuencia de una infección en un órgano), y en las redes sociales incluso ha circulado el rumor de que la misma al sur de su cintura bolivariana podría ser el resultado de una liposucción mal hecha.

Tan extraño episodio, con un gobierno por control remoto desde un paradero desconocido, inevitablemente recuerda el colapso en 2006 de Fidel, cuando su intestino estalló en medio del mayor secretismo. Cinco años después de un episodio que puso al borde de la muerte a su preceptor, Chávez oculta la verdadera naturaleza de su padecimiento como si se tratara del segundo secreto de Fátima.

Lo que está claro es que el empeoramiento de la salud del bolivariano ha coincidido con el envió que Evo Morales le hizo de una planta mágica, la Chilca, para curar su pierna lesionada. Tampoco debería descartarse el mal de ojo que el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, le echó hace unos días a Barack Obama. Alarcón proclamó su propósito de perseguir como una "maldición gitana" al jefe de estado de la potencia enemiga. Es evidente que su acto de magia Borrás surtió efecto en la persona equivocada. Chávez cayó fulminado por la conjura en forma de bacteria castrista.

Si algo caracteriza a los regímenes comunistas es su ilimitada capacidad para torcer las cosas. A pesar de que tanto en la Habana como en Caracas han confiado en toda suerte de malabarismos, su modelo fracasado ha hecho aguas. Lo de Cuba ya va por más de medio siglo de desastre económico y la asfixia de las libertades civiles. Venezuela, con un aprendiz a lo Harry Potter que hace sus pinitos en la Hogwarts caribeña del marxismo-leninista, va por el camino de la ruina colectiva.

La dolencia de Chávez será un enigma, pero mientras se recupera en un hospital de primera a donde acuden los extranjeros adinerados, en su país los dispensarios públicos están desvencijados y sin suministros. Un día después de su cirugía, en cinco estados venezolanos la población pasó 48 horas en la oscuridad debido a la crisis energética que un día sí y otro también provoca apagones en las ciudades.

Con su desgobierno, ha logrado que la nación con las mayores reservas de petróleo del mundo, hoy tenga plantas eléctricas inoperantes por la falta de inversión y mantenimiento. Una situación que se ha agravado por la asesoría de técnicos que le ha enviado Fidel, cuya proverbial incompetencia ha condenado a los cubanos a vivir en tinieblas.

Ironías de la vida.

En estos momentos el comandante y su discípulo están unidos por un mal innombrable y comparten confidencias de enfermos en un lugar privilegiado. Apartados de la escasez y la miseria a las que ambos han condenado a su gente. Pero no hay pócima ni abracadabra que le devuelva la luz a este par de invidentes. El absceso habita en sus cabezas.

INTERPRENSA · VENEZUELA
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